sábado, 10 de octubre de 2009

... O quizás no quiero


Sequía de ideas, ausencia total de palabras en mi mente para explicar lo que mi piel rebosa cada vez que te tengo cerca, no logro explicar cómo es que pierdo la noción del tiempo, el espacio, el bien y la cordura con solo saberte cerca a mí.
No encuentro aún la palabra exacta que defina la mezcla de sensaciones que suceden dentro de mí.
La mayor parte del tiempo, recuerdo tus besos, y pienso de manera imperiosa el porqué no consigo olvidarlos.
Es inexplicable el hecho de no poder (o quizás no querer) apartarte de mi vida.
Es enfermiza la forma en que tu recuerdo, se aferra a mis neuronas, se apodera de mis sentidos y me vuelve vulnerable.
Lo admito, no puedo (o quizás no quiero) dejar de sentir ese cosquilleo en mi piel y esa sin razón que me hace desearte a cada segundo del día.
Puede ser el hecho de desear lo imposible, lo que no se tiene, o lo que nunca se podrá tener.
Pero aún mi piel se hiela y se estremece con sólo pensarte. ¿No lo sabías, no lo presentiste? Ahora, ya lo sabes!