jueves, 28 de mayo de 2009

Al lado tuyo, al lado mío...

Miro desinteresadamente el techo de mi habitación, con mis pensamientos perdidos, aislados, casi casi en una isla desierta en medio del océano más lejano de la tierra.
Mis ojos no lo creen, sin notarlo dibujo una a una tus líneas de expresión en aquella descascarada pared.
Mi mente se pasea en esos tus ojos, y se detiene en una mirada, esa mirada, que me pierde, me inunda, me llena, que me da todo y a la vez me lo quita.
Mis manos intentan sentir tu piel, que me pone nerviosa, me eleva a las nubes, y me lleva al fondo del océano, me sube y me entierra, me hace sentir.
Mis labios, corren hacia tus besos, esos besos que aturden, esos besos que me confunden, que me quitan el sueño, y me llevan a lugares insospechados, pero que nunca quisieran perderse.
Mi olfato te siente ahí, en mi habitación, ahí al lado mío, me acerca a ti, te vuelve alcanzable, te vuelve parte de mi.
Tu figura ya formada está ahí, justo donde yo te siento, te pienso, te anhelo, te sueño, pero no te tengo.
¿Qué no presientes que te tengo atrapado en mi mente, No escuchas mis susurros, no sientes mi respiración?, abre tus sentidos, ahí estoy yo, siempre ahí, al lado tuyo, esperando que tú estés, algún día, al lado mío.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Ilusiones de un poeta frustrado

Lágrimas caen en un lado de la ventana, se confunden, se entrelazan, se consuelan, con la lluvia que arremete del otro lado del frio vidrio.
Sueños se pierden en un lado de la almohada, a miles de kilómetros, alguien sueña con que esos sueños furtivos sean pensando en ellos.
Suspiros vuelan en el aire, buscando un destino, buscando un espacio que los albergue, los refugie, pero sobre todo los quiera para sí.
Besos reprimidos, en unos labios ya cuarteados, en una boca ya cansada, esperando ser deseados.
Mis sueños perdidos, que se esconden en unos ojos llenos de lágrimas, con mis suspiros en busca de que los acojas, con mis besos esperando tu boca.
Una armadura te separa, no te protege, te aísla, mientras el disfraz me consume, me absorbe, me cambia, me nubla.
Ya no sé si quiero ser yo, o quiero ser lo que tú quieres, para poder dejar de ser y ahora estar.
Mi mente se confunde, se esparce y casi desaparece.
El silencio se vuelve mi enemigo, me aturde me encierra, me enferma.
Sequía de sentimientos, ausencia de miradas, vacio de amor, ¿cómo sobrevivo a tanta indiferencia?
Cada día, cada noche, se desprende un aliento, una ilusión, una promesa furtiva de algún beso guardado.
No sé si realmente lo merezca, pero muero por un poco de eso, beber un sorbo para seguir viviendo.