domingo, 13 de mayo de 2012

En el día de la madre....


Las palabras se escapan de mi mente, huyen de mí como yo quisiera poder huir de mi misma. Mi mente, ese cajón oscuro en dónde aún no se procesa el suceso aquél que te alejó de mis manos, está adormecido, entumecido en un sin fin de emociones que lo sumergen en un letargo del cual no ha salido y le falta valor para intentar salir. 
Hace un año no imaginaba siquiera que este día me tocaría vivir, en realidad nunca lo pensé, jamás imaginé como sería un día sin ti. 
Hace ya casi cinco meses que no vivo, mi existencia se ha vuelto una caricatura en blanco y negro, en donde hay chispazos de color, pero la esencia de la historia está escrita con un oscuro carbón. 

Quiero gritar, llorar y sumergirme en algo que me quite este sin sabor, este amargo dolor que está enquistado en el medio de mi corazón, esta culpa atornillada a mi mente y a mis sentidos, esto que no sé cómo se llama, que no me deja vivir. 
Porque siempre has sido tú la razón de todo, la única que siempre tuvo todas las respuestas, el motor que empujaba el tren en el que me convertiste, porque todo lo bueno que pueda tener, te lo debo a ti, porque el hecho de levantarme cada mañana aunque no estás, es por ti. 
Perdóname por las lágrimas que aún derramo, por la fuerza que me falta para que este tren siga su curso, por la cobardía que aún tengo para luchar por ser lo que tú más anhelabas para mí... felicidad. 
Quiero quitarme del alma este egoísmo profundo que no me deja resignarme. 
Perdóname mamá por no poder decirle a alguien más que sea feliz junto a su mamá cuando tú no estás a mi lado. Mi vida nunca volverá a ser la misma,... pero ayúdame a que sea como tú la querías.... Te amo mamá.