sábado, 28 de mayo de 2011

Aprendí a quererte

Aprendí a quererte sin darme cuenta,
Una a una tus sonrisas me fueron conquistando.
Tus miradas se encontraron con mis ojos, y abriste la puerta de mi alma.
Descubrí en tu compañía como el tiempo puede resultar tan corto, como puede detenerse en un segundo el planeta entero, sólo porque tú estás conmigo.
No me di cuenta, no lo planeé.
Te quise, no sé desde cuándo, no sé cómo, pero sí, desde el fondo de mi corazón.
Aprendí a quererte en silencio, casi, casi de incógnito, atrapada en tus miradas, descubierta en mis suspiros, viviendo a medias en oscuridad.
Hoy que me reencontré con tus ojos, me perdí en el eco de tu voz, naufragué en el olor de tu piel, aprendí a quererte aún más, a sonreír mientras te pienso, a soñar con tus besos mientras estoy contigo.
Porque las razones me sobran al hablar de ti, porque sólo quiero abrazarte, porque susurrar un te quiero no basta.
Aprendí a quererte día a día, con tus errores y aciertos, con tus dudas y con todas tus manías; porque no sólo te quiero, me quiero aún más a mí cuando estoy junto a ti.

lunes, 16 de mayo de 2011

Inquilino

Sentada frente a mi computador, pensando en todo, mirando a la nada, recuerdo tus ojos, aquellas pícaras ventanas que desnudaban no sólo mi cuerpo, también mi alma.
Escucho tu voz en medio de una canción, el sonido de tu risa, la cadencia de tus palabras y el gran vacío de tus silencios.
Quisiera dejar de recordar, los besos dulces a escondidas, las conversaciones prohibidas a media noche, y los pensamientos furtivos que en mi provocabas.
Mientras escribo, una sonrisa dibuja mi rostro, por evocar aquellos momentos fugases junto a ti.
Hoy, que no estas más, a pesar de aún recordarte, sé que en donde estés, no leerás mis líneas, ni conocerás mis pensamientos, adivinaras quizás mis sentimientos, pero nunca harás tuyos nuevamente mis besos.
Hoy, que sólo eres un inquilino en mi mente, cuyo contrato está vencido, sonrío nuevamente porque sé que tu desalojo es inminente.
Inquilino pasajero de mi mente, de mis besos, de mi tiempo, agradezco tu estadía pero hago penitencias por que no regreses.

lunes, 9 de mayo de 2011

Quisiera escribir mil cosas esta noche, de la luna, del sol y las estrellas, del cielo, el agua el mar, pero no sé cómo.
Me siento en medio de la nada, atrapada en una incertidumbre insoportable, en un estado de coma de sentimientos, atrapada sin salida en la costumbre, encarcelada en la apatía y el desgano, presa de mis propios miedos e inseguridades.
No quiero hablar de amor ni de desamor, no quiero escribir sobre el corazón o el alma.
Quiero contar una historia, matar un recuerdo y crear otro. Quiero ser hacedora de sueños.
Quisiera poder decir que todo tiempo pasado fue mejor, o que no hay mejor cosa que construir tu futuro. Pero eso, no es cierto.
A veces quisiera traer mi pasado al presente y que el presente pudiese cambiar mi pasado y crear un historia nueva y diferente pero sobre todo completamente feliz; porque no existe historia feliz, ni historia infeliz, sólo existen historias reales o falsas.
Quiero cerrar los ojos y al volverlos a abrir exista algo nuevo, algo diferente. Estoy cayendo en el fango de mis propias decisiones, buscando imperiosamente un salvavidas para salir de la oscuridad de mi realidad, pero yo la escogí, y debo afrontarla. Busco fuerzas, para mantener validas mis razones, para no claudicar en mi egoísmo y buscar una salida.
Esta noche, quiero contar una mentira, recibir una verdad y realizar un sueño, para ser feliz.

Carta a mi mejor amigo.

Hola,
Siempre he escuchado decir que el escribir una carta es de cobardes, no pienso lo mismo, creo que el que escribe una carta simplemente se siente más cómodo haciéndolo, además no siempre vas a tener a la persona en frente cuando quieres decirle algo, como ahora.
Creo que aún no asimilo muchas cosas en mi vida, es cierto también que lo pienso demasiado, y que debo aprender a creer más en mí.
He cambiado, aún no lo has notado, ya no creo en las personas, ya no siento como antes, no demuestro nada y guardo demasiado en mi interior.
¿Te sorprendiste?, no lo creo, lo sabías, lo intuías, así como yo, sabía de antemano cuál era la respuesta.
Quisiera decirte que todo será como antes, que todo será como siempre fue, pero no puedo, no porque no quiera, sino porque hace mucho que dejó de ser así.
Quisiera decirte que te extraño, porque es verdad, que a veces simplemente quiero abrazarte, abrazar al viejo amigo que extraño, pero incluso antes de hoy, ya había perdido eso.
Es cierto, ahora no tengo nada que perder, y nunca lo imaginé así, es como si estuviese en una nube o en un sueño, no me lo creo, es más aún lo recuerdo y no me reconozco.
Quiero contarte lo que pasó hoy, oh! ya lo sabes, loco ¿no?
Quisiera decirte que funcionará, que podemos intentarlo, que no perdemos nada... pero mi orgullo no me lo permite, perdí demasiado en el camino, incluyéndote a ti.
No estoy triste, no es el sentimiento que tengo, pero sí una nostalgia profunda, una soledad infinita, y un vacío inmenso.
Necesito decirte tantas cosas, pero no puedo, ya no sé cómo, debo aprender de nuevo.
Gracias por los bellos momentos, por los recuerdos guardados, porque me reconfortan en momentos como estos.
Sólo queda decir, que ojalá hubiese sido diferente, de verdad lo deseaba; pero así es la vida.
Con amor,
Sen.

domingo, 1 de mayo de 2011

Rompecabezas

Hace tanto que vi tus ojos por última vez, que tengo miedo de perder el recuerdo de tu mirada.
Hace ya muchas lunas que deje de escuchar tu voz, que siento el eco del viento llevarse su dulce melodía.
Ha pasado mucho tiempo desde que vi tu espalda aquella tarde alejarse de mí, pero aún siento el dolor que dejó en mi pecho aquella separación.
No logro entender el porqué de muchas cosas en mi vida, he llegado a la simple y facilista conclusión de que quizás solo sea el destino, la mala suerte o un designio divino el que hace huir a la felicidad de la puerta de mi alma.
No eres tú, ni alguna de aquellas almas perdidas en mi camino, soy yo; no puede ser que tenga tan mala suerte.
Pero, al final de esta noche sin luna, con mil estrellas en el firmamento, esbozo una sonrisa en medio del abismo, en una caída sin fin, en un descenso lento y algo tortuoso.
No soy masoquista, pero a pesar del dolor regado en mi camino, amo quien soy, mi vida y mis defectos.
Esa sonrisa en medio del aparente dolor, refuerza las creencias de aquella frase que he escuchado mil veces: lo que no te mata te fortalece; no me siento más fuerte pero sí más sabia.
No puedo no confiar, pero sí ser más cautelosa, no puedo no creer, pero he aprendido a dudar, no puedo no dar una oportunidad pero ahora cuido más mi corazón.
Eres tú en la distancia del tiempo y frente al mismo inmenso mar, a quien quisiera confiar los secretos de mi corazón.
Eres tú que en el limbo del espacio quisiera devolver mi inocencia escondida en mi alma.
Es a ti a quien mis miedos quisiera mostrar, sin sentirme vulnerable.
Pero en esta noche iluminada por mil estrellas y huérfana de luna, entremezclo tus sabores y exhalo un alma perfecta, y te extrañaré en partes divididas, tanto como en tu esencia unida.