miércoles, 27 de mayo de 2009

Ilusiones de un poeta frustrado

Lágrimas caen en un lado de la ventana, se confunden, se entrelazan, se consuelan, con la lluvia que arremete del otro lado del frio vidrio.
Sueños se pierden en un lado de la almohada, a miles de kilómetros, alguien sueña con que esos sueños furtivos sean pensando en ellos.
Suspiros vuelan en el aire, buscando un destino, buscando un espacio que los albergue, los refugie, pero sobre todo los quiera para sí.
Besos reprimidos, en unos labios ya cuarteados, en una boca ya cansada, esperando ser deseados.
Mis sueños perdidos, que se esconden en unos ojos llenos de lágrimas, con mis suspiros en busca de que los acojas, con mis besos esperando tu boca.
Una armadura te separa, no te protege, te aísla, mientras el disfraz me consume, me absorbe, me cambia, me nubla.
Ya no sé si quiero ser yo, o quiero ser lo que tú quieres, para poder dejar de ser y ahora estar.
Mi mente se confunde, se esparce y casi desaparece.
El silencio se vuelve mi enemigo, me aturde me encierra, me enferma.
Sequía de sentimientos, ausencia de miradas, vacio de amor, ¿cómo sobrevivo a tanta indiferencia?
Cada día, cada noche, se desprende un aliento, una ilusión, una promesa furtiva de algún beso guardado.
No sé si realmente lo merezca, pero muero por un poco de eso, beber un sorbo para seguir viviendo.

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