miércoles, 24 de febrero de 2010

24 Febrero

Odio esta necesidad absurda de querer siempre sentirte cerca,
esa sensación que aún recorre mi cuerpo con solo pensarte.
Aún no logro comprender la lista de sin razones que mi mente inventa para convencer a mi corazón del por qué se enamoró de ti.
En los fatales silencios cuando estamos juntos, me pregunto una y otra vez, cuál fue la causa, qué fue eso que hizo que te necesite tanto como mis células me lo permiten.
Pierdo la comodidad de mi soledad, la tranquilidad que había ganado mis silencios, con el torbellino de tus palabras, el huracán de tus deseos y la sequía de tus besos, la ausencia de ti.
Odio todo aquello que inspiras en mi, todo aquello que desatas en mis sueños, todo en lo que te has convertido dentro de mi vida.
Es extraño pensar en que es lo que hace de ti que te necesite como lo hago, y aun no encuentro la respuesta a tan ambigua pregunta.
¿Será que el amor no conoce de razones y elementos lógicos para existir?
No sé aún cuánto durará esta agonía, porque es un camino al exilio el querer sentirte, una caminata en el desierto sin oasis a la vista, un calvario sin indulto, es solo un camino sin amor.

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