Doy un paso, me detengo cierro los ojos y siento, el aire frío que roza mi piel, el bullicio aquel que acompaña las calles, la oscuridad que inunda las miradas. Tapo mis oídos y finjo sonreír, dibujo en mi rostro la careta correspondiente en respuesta a un saludo náufrago en el inmenso océano de desconocidas miradas que flotan a mi alrededor.
Doy un paso más, inconsciente del camino trazado, de las alternativas del momento, del color de las elecciones, inconsciente sobretodo de mi propio querer.
Continúo avanzando sin destino conocido, sin saber adonde ir, como llegar pero sobre todo sin saber porque llegar.
Busco de forma incansable y desordenada razones fuertes y profundas, razones que como raíces se aferren a un suelo propio, a una idea profunda, un sentimiento perfecto que provenga del corazón.
Cierro mis ojos y abro mis sentidos, para aprender a mirar con el corazón, ver mas allá de personas, sentimientos; mas allá de miradas, sueños.
Busco un sentimiento, anclado en medio de un corazón, rodeado de besos y caricias que llenan por completo una vida con solo existir un segundo.
Sabores y aromas que se vuelvan inconfundibles, irremplazables, que con solo cerrar mis ojos pueda casi tocarlos en mis recuerdos.
Busco algo que no sé que es, que sé me hace falta porque siento su vacío, porque su ausencia es profunda y hiere, porque duele el no tenerla.
Razones, causas y motivos, esos que desaparecieron de mi vida con su mirada, que aun no llegan de la mano de sus besos, que no se escucha aun en multitud... Las busco aun sin saber que es, con la certeza de atinar al encontrarlas, con la fe de su existencia y la esperanza de su pertenencia.
Busco razones en vacío, busco razones en lluvia, deseo encontrarlas en lleno y junto a un arcoirirs.
0 comentarios:
Publicar un comentario